Ahora sí que sí, ya no valen excusas para seguir aplazando la discusión sobre el teletrabajo. Conceptos como la transformación digital, el smart working o el trabajo basado en actividades están ya encima de la mesa y se nos han metido literalmente hasta la cocina.
Según el Informe del INE 2020, sabemos que, en España, antes del confinamiento únicamente teletrabajaba un 5% de la población, cifra que hoy por hoy ha incrementado hasta el 34%. Me pregunto ¿qué cifras se manejarán una vez acabe el confinamiento y volvamos a la tan esperada nueva normalidad? Cabe destacar que tal y como mencionaba en su lema del pasado 8 de marzo ONU Mujeres: «La alianza de las mujeres con la innovación es la clave para lograr la igualdad en la empresa y en la sociedad del siglo XXI», dejando claro que la tecnología, y en este caso el teletrabajo, es clave para el empoderamiento de las mujeres.
Desde Juno Projects apostamos por el teletrabajo como una forma eficiente, flexible y confiable de trabajar y solo esperamos que esta experiencia haya sido un despertar para muchas empresas.
Inexorablemente, en el contexto de esta nueva realidad necesitamos introducir la cultura de los Nuevos Usos Sociales del Tiempo en el trabajo para facilitar una mejor gestión de las tareas profesionales y de corresponsabilidad en la vida laboral, familiar, personal y social. Las mujeres que teletrabajamos sabemos bien la carga que supone tener hij@s en casa mientras sacamos adelante nuestros negocios y/o nuestras profesiones.
Como reivindica Marta Macías, CEO de Coop4Equality «La sociedad necesita poner en el centro de la discusión la crisis de cuidados y no solo de crianza, ya que, si no se reconoce, discute y regula, mayoritariamente, estos recaen en las mujeres».
Pero seamos positivas: está en nuestras manos contribuir a crear una nueva realidad post pandemia que no se parezca tanto a la que conocíamos, porque nunca ha sido igualitaria y justa. Abramos el debate, salgamos del Status Quo que tanta falsa seguridad nos proporciona y construyamos una sociedad donde hombres y mujeres se implican de forma equivalente en las tareas relacionadas con los cuidados y donde el talento en femenino no se diluye sino que se pone en valor.
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